Existe una relación directa entre el consumo de sodio y la elevación de la presión arterial (PA). La mayoría de personas hipertensas responden a una dieta hiposódica (dieta baja en sal), aunque algunos pueden ser resistentes a la sal. En general los pacientes de mayor edad, obesos y diabéticos responden muy bien a esta medida, es importante consultar con el médico tratante.
El mecanismo por el que la sal eleva la presión arterial consiste en que el exceso de sodio ingerido se absorbe rápidamente en el intestino, estimulando la sensación de sed que obliga al consumo de agua con la consiguiente expansión del volumen intravascular. Para lograr eliminar el exceso de líquidos, la presión arterial debe aumentar con el fin de incrementar la presión de filtración en los riñones y de esta manera aumentar la carga filtrada y la excreción urinaria de sodio. El consumo exagerado de sodio afecta también a la integridad anatómica y funcional renal, así como al endotelio vascular produciendo por todo ello hipertensión arterial.
El primer paso a la hora de recomendar una dieta baja en sal o hiposódica es realizar una encuesta nutricional al paciente con el objetivo de determinar su consumo real de sal. Se debe cuestionar por el tipo de alimentos habitualmente consumidos, el posible uso del salero de mesa, la forma de cocinar del paciente, el hábito de comer fuera de casa, el empleo de salsas o la proporción de alimentos precocinados frente a los frescos.
En la Cruz Roja Colombiana Seccional Antioquia estamos contribuyendo con la promoción de la salud y prevención de la enfermedad con la puesta en marcha del proyecto Cercanos, Teleasistencia Domiciliaria, que brinda acompañamiento y seguimiento a pacientes con diabetes e hipertensión. www.crantioquia.org.co/teleasistencia