
¡Reaccionamos de acuerdo a cómo percibimos la realidad! Esta experiencia de crisis por la cual atraviesa la humanidad actual, pareciera ser el desafío para la búsqueda de equilibrio y salud mental de una sociedad que aprende el significado de cuidarse, no sólo para el bien individual, sino también para el bien colectivo. Podemos verle como “el fin del mundo” o como una oportunidad de hacer un pare, de hecho es a lo que nos ha obligado, y reflexionar sobre el cómo debemos continuar después de la crisis, ya que ésta tiene una temporalidad; en algún momento terminará.
Las crisis suelen ser una interrupción al status quo y un desequilibrio a la cotidianidad. Por lo general, el inicio de una crisis es algo que sale de nuestro control, pero a medida que avanza empezamos a tener un papel relevante en la gestión de la crisis, de acuerdo a las decisiones que vamos tomando para afrontarla, valiéndonos de los propios recursos emocionales, de redes de apoyo familiar y social.
Cuando emerge una crisis, es normal sentir como primera emoción el miedo y la angustia frente a una posible amenaza de pérdida, de algo o de alguien. Se instaura, además, la incertidumbre, la cual tiene consecuencias muy negativas sobre las personas, porque pasamos el tiempo rumiando sobre qué ocurrirá, preocupados y, no ocupados en las actividades presentes sobre las que sí tenemos poder de decisión. La incertidumbre, asociada a la expectativa por lo que pasará después, puede generar en algunas personas conductas defensivas ante la dicotomía entre las creencias personales y sociales sobre lo que se debe hacer en estas situaciones.
Un reto para el afrontamiento de toda crisis implica un cambio en la pregunta “¿por qué me pasa esto a mí?”, cuya respuesta suele ubicar a la persona en un lugar de víctima y por lo tanto en la búsqueda de un victimario; la pregunta a realizar sería “¿para qué pasa esto?”, el enfoque de esta pregunta, genera respuestas alternativas que involucran una serie de causas y efectos que conlleva al movimiento, a no quedarse y conformarse con una sola opción, esta pregunta debe promover hacia la reflexión del papel que como persona y sociedad nos confronta la crisis, dando pie a nuevas formas de comportamiento o activando mecanismos y recursos diversos; además, de posibilidades que hasta ese momento habían sido desconocidas.
La crisis, en este sentido, favorece al crecimiento, entendiendo éste como un proceso a través del cual se genera la posibilidad de reconstruir la propia realidad en relación a la realidad exterior, permitiendo resignificar las experiencias y situaciones pasadas y presentes en cambios positivos, a partir de pensamientos, afectos y conductas adaptativas ante las futuras circunstancias.
Adaptarse a partir de las fortalezas adquiridas después de la crisis, es una de las características de la resiliencia. Ser resiliente, entonces, nos exige agudizar la capacidad de
un pensamiento crítico frente a las demandas sociales, el ser flexible ante otras formas de hacer lo que antes era rutinario, ser optimista sin perder la perspectiva realista, otorgar un sentido a lo que no entendemos, pero, ante todo, reconocer las fortalezas y debilidades de cada uno, aprender para transformarse.
Cuando la crisis es compartida, como sucede en esta pandemia del COVID-19, suscita la presencia de valores en el ser humano indispensables para la continuidad de la especie como sociedad: la empatía y la solidaridad. Estos valores tienen en las personas efectos positivos sobre las actitudes y comportamientos, concretamente porque causa el deseo de ayudar a los demás, de promover acciones en pro del bienestar de otros, y esto, definitivamente, debe ser un llamado a contribuir a la construcción de una sociedad más equitativa entre nosotros mismos, más consciente y benévola con la naturaleza.
“Para ver el mundo en un grano de arena
y el cielo en una flor silvestre: abarca el infinito en la
palma de tu mano y la eternidad en una hora”
William Blake - Augurios de inocencia.
Marta Nelly Escobar Muñoz
Ps. Esp. Intervenciones psicosociales, Esp. Psicología de las organizaciones y del trabajo.
Analista de Gestión humana
#JuntosProtegiendoLaVida